Lamento profundamente el nuevo revés que la Conselleria de Agricultura ha
asestado al parany al denegar las pruebas de la cesta malla solicitadas por Apaval.
Así, quiero expresar, una vez más, mi apoyo a esta asociación y a todos los
aficionados a esta modalidad de caza perseguida, discriminada y penalizada
injustamente por gobernantes que toman decisiones, ajenos a la realidad de lo que
ha representado en nuestras localidades.
Además de una tradición arraigada, para muchos fue en su momento un modo de
vida.
Personalmente, cuando hablo del parany me vienen a la memoria grandes
momentos con amigos y familiares, pues la distracción de una noche de caza nos
servía para estar durante todo un fin de semana compartiendo risas y buenos
momentos.
Siempre se ha dicho y se ha defendido la necesidad de regular la caza con parany, a
lo que nadie se ha opuesto, pues los propios paranyers siempre han defendido una
regulación, pero regular no significa prohibir, y esto último es lo que ha terminado
sucediendo. Con el argumento de que esta caza no es selectiva, han terminado con
esta tradición tan enraizada en nuestra Comunidad, cuando todos sabemos que eso
no es así.
A partir de esta prohibición, Apaval ha buscado otras alternativas para poder cazar
con parany, mediante otras modalidades que pudieran garantizar, todavía más, que
esta caza también es selectiva, como otras cazas que sí están autorizadas. El cesto
malla se creó para poder legalizar de nuevo el parany y, cualquiera que haya visto su
funcionamiento, no puede negar que es un dispositivo totalmente seguro y
selectivo. Pues, aun así, inexplicablemente, la Conselleria no les autoriza a hacer
pruebas en el campo para poder acreditar que estamos ante un nuevo método de
caza totalmente selectivo y compatible con la legislación vigente.
“Tenéis que buscar alternativas, tenéis que reinventaros”, cuántas veces los
paranyers han escuchado estas palabras… y cuando lo han hecho, lejos de
apoyarles, se les da un portazo a sus expectativas. Nunca lograré entender el porqué
del linchamiento contra este colectivo, en lugar de perseguir a los que realmente
hacen daño a nuestra naturaleza y a nuestro ecosistema.
Pido, desde aquí, a la Generalitat Valenciana empatía con los paranyers y los que
apoyamos esta caza. No somos criminales, simplemente somos valencianos y
valencianas que defendemos esta tradición heredada de nuestros padres y abuelos,
que nunca ha causado un problema medioambiental, natural y mucho menos al
ecosistema. ¡Sí al parany!